El primero, el que YO tengo a mano YA:
HACERME CARGO.
Está en primera persona. No depende del otro, ni del afuera, ni de la coyuntura.
Yo ya puedo empezar, asumiendo tres aspectos:
1- MI RESPONSABILIDAD en lo que nos está pasando.
No sirve esperar que las cosas ocurran, o dejen de ocurrir. No sirve juzgar, echar culpas.
No sirve esperar a que la otra persona “se dé cuenta”. Si YO me di cuenta, entonces ya di el paso, ya puedo actuar. Y lo primero es una introspección, un darme cuenta qué estoy haciendo, qué no estoy haciendo, qué estoy dejando hacer, qué estoy dejando que ocurra, o que no ocurra…
2.- Lo que YO SIENTO.
Los sentimientos son míos. Reconocer lo que siento y me pasa, me hace protagonista de mi vida y de lo que quiero hacer. Me da la libertad para actuar porque depende de mí. Me examino, reflexiono, y no culpo a nadie por lo que siento. Lo que siento me pertenece, así como me pertenece la capacidad de actuar a partir de eso.
Vale mencionarlo, hoy está tan devaluado. Nos cuesta hablar de compromiso asumido, de responsabilidad. Y es tan profundo, a la vez que simple.
Un día YO tomé un compromiso con el otro para siempre. El compromiso implica mucho más que pronunciar un SÍ para toda la vida. Implica la constancia de revisar ese sí y cuidar ese amor cada día. Y está en mis manos. Siempre.
Es una buena noticia. Se puede hacer algo. La suerte de la pareja no está librada a lo que ocurra, a las circunstancias, a la coyuntura. Al saberme implicado, al entender que depende de mí, ya me puedo hacer cargo y actuar…