Artículos

Ser cónyuges

… en tiempo de cuarentena…

En las parejas que me consultan para que los acompañe en la búsqueda de recursos para abordar los conflictos que pueden estar atravesando, así como en los miembros de las parejas entre sí, hay un tema en el que encuentro acuerdo casi unánime.

El acuerdo consiste en que hoy no hay tiempo para pasar juntos, no hay tiempo para encontrarse, no hay tiempo para dialogar, no hay tiempo para comunicarse.

Llevados por el estrés, nos sumimos en el malhumor y se hace difícil que cada uno saque lo mejor del otro al cabo de un día de corridas, de tensiones, de agotamiento.

Si bien reconozco que esta cuarentena no nos va a librar del estrés, ya que la vida sigue, las preocupaciones se multiplican y nos invaden, eso no es diferente a hace unos días, sí nos ha devuelto la noción y el dominio (si cabe la expresión) del tiempo. Somos dueños de cada hora, de cada minuto del día y lo podemos administrar casi sin excusas.

Entonces, si bien el estrés sigue, las preocupaciones cambiaron de color, pero están, ahora tengo tiempo de conocer y reconocer al otro, de preguntarle y escuchar cuáles son sus preocupaciones. Tiempo de escuchar para entender por qué el grito de la semana pasada, porqué el portazo injusto, porqué el silencio malhumorado. Estos días raros nos devuelven tiempo para darme a conocer al otro, para explicarle qué me estresa, qué me preocupa, qué me desvela.

Tenemos tiempo para pedirnos compartirlo, tiempo para expresar las necesidades, en vez de esperar que las adivine.

Tiempo para ser cónyuges por fin. Para tirar del yugo juntos. A eso nos comprometimos. Y eso está desnaturalizando esta vida sin tiempo. Esta vida sin tiempo nos dificulta compartir, simplemente. Y de eso se trata la conyugalidad. Cargar desde la comprensión, las preocupaciones, el estrés, los sentimientos del otro, es tirar juntos del yugo, es volver a ser cónyuges, es una oportunidad que la coyuntura nos ofrece.

____________________________________________________________________________________________

AHORA… ¡MANOS A LA OBRA!

TRABAJANDO PARA ENCONTRARNOS

Lo primero es reconocerse, es poder decirle al otro lo bueno que encuentro en él o ella y mostrarle que allí estoy para ayudarlo a ser su mejor versión… y escuchar que ese otro tiene algo para decirme en la misma sintonía…

  • Los aliento: a poner en práctica esta dinámica, que es ágil, entretenida, comprometida y profunda…
  • Pueden hacerlo en pareja y además en el grupo familiar.
  • ¿Qué materiales necesitan?
  • Papelitos (si pueden ser post its de 3 colores, mejor¡!)
  • Algo con qué escribir para cada uno.
  • Espacio para reunirse.
  • ¿Qué hacemos?
  • Pienso en el otro.
  • Pienso en dos cualidades que me gustan o admiro del otro, las anoto en un papelito verde.
  • Pienso en una cosa que me gustaría ver más en el otro. Que, si hiciera más o estuviera más presente, lo haría mejor. Ojo¡! En positivo, siempre. No vale “no te cierres tanto”, sino “abrí más tus sentimientos a nosotros, compartí más lo que te pasa, pedí ayuda…” Lo anoto en un papelito amarillo.
  • Pienso en lo que yo puedo ayudarle a mejorar. ¿Cuál es mi compromiso personal con esa persona? Lo anoto en un papelito blanco.

 

  •  COMPARTIDA
  • Cada uno escucha lo que el otro tiene para decirle. Lo comunico hablando desde el YO al VOS. Miro al otro a los ojos y le hablo directamente.
  • Esto lo podemos aplicar uno al otro.
  • También con todos los miembros de la familia.

 

  • ¿Cómo lo hacemos entre varios? Por turno uno se sienta en una silla y cada uno de los miembros de la familia le va a decir su reconocimiento, su aspecto a mejorar y el compromiso personal.

 

  • En todos los casos, guardo lo que escribí y le regalo al otro el compromiso que hice para ayudarlo a ser una mejor versión de sí mismo.

 

*Cualquier inquietud en la ejecución de esta dinámica o en la puesta en común de los resultados, o lo que surja de este trabajo o cualquier otro, no duden en consultarme.

María A. Cornu Labat

Coach de matrimonio y familia.

mcornulabat@sernosotros.com   +541161413444

Ser Nosotros en tiempo de cuarentena

 TRABAJANDO EL VÍNCULO EN TIEMPO DE CRISIS

Estamos en tiempos difíciles, una obviedad decirlo.

Un tiempo que desafía a todos, desafía nuestra paciencia, tu paz interior, su capacidad de tolerancia, mi tolerancia a vivir con incertidumbre.

Es un tiempo en que de repente sentimos muchas cosas, que antes no sentíamos. Tengo necesidad de quejarme, tiene necesidad de rebelarse ante lo frustrante que se presenta la realidad que nos rodea, y es desgastante.

El trabajo tiene que esperar, los proyectos se ponen en stand by, la incertidumbre es la regla.

Y a todas aquellas parejas que están atravesando un momento especial, una crisis a la que estaban juntos buscándole la salida, entiendo que el desafío les exige un poco más todavía.

Siempre hago especial hincapié en la comprensión como eje que debe atravesar el vínculo de pareja. La comprensión es una dimensión que deben trabajar las parejas en forma constante, más allá de lo que personalmente cada individuo esté elaborando para sí mismo.

La comprensión va a ser aquella aliada que le dé tiempo al otro para sus procesos, que lo habilitará a ser él mismo o ella misma mientras se esfuerza por ser su mejor versión. O simplemente, y aún más sublime, la comprensión será la mejor aliada para entender cuándo es el momento del otro para ser, crecer, mejorar, trabajar en su mejor versión.

Volviendo a las primeras líneas, les recomiendo especialmente a quienes atraviesan tiempos difíciles también en su vínculo, que con las sensaciones que describía y aquellas que pueden haber surgido en sus corazones o cabezas mientras leían, hagan dos ejercicios:

  • Uno, que es el que habitualmente les propongo, inclúyanlo en su ejercicio de diálogo de pareja, en el que cada uno habla por turno, sin interrumpir desde el YO, agregándolo. YO me siento…. Y expláyense con su pareja. Y escúchenlo. Escúchenla.
  • Otro, desde esa lupa de la comprensión que tenemos poner en la mirada al otro, a cada uno de esos sentimientos ponelos la segunda persona, y mejor aún, con el nombre del otro, y recordá todo el tiempo mirándolo o mirándola a los ojos, o cuando te acuerdes de él o ella o cuando sientas la tentación de enojarte, de reprochar, que todas esas sensaciones también las tiene. Entonces, así como tenés que ser solidario con la sociedad, con los desconocidos, con los vulnerables, practicá la solidaridad con tu pareja, con quien estás trabajando tantos aspectos. Y hoy tienen que estar juntos. Y mañana también.

Les dejo, además, esta reflexión:

OJO: no es tiempo de ponerse a trabajar demasiado profundamente en lo que estaban atravesando. No traten de resolver su crisis y eviten aquellos temas en los que saben que no se pondrán de acuerdo o habitualmente los están abordando con alguien que los ayude.

Por último: Simplemente mirá al otro como a la persona que más necesitás y más te necesita. Y se tienen al lado.

No te olvides de preguntarle cómo se siente, no te olvides de contarle cómo te sentís.

Aprovechá para abrazarlo, abrazarla. Es tiempo de tregua. Entre ustedes se puede.

LAS ETAPAS DEL DETERIORO EN LA PAREJA… EL RIESGO DE LAS INTERFERENCIAS. (OTRAS). MÁS RECURSOS

 

El Ser Nosotros se ve en riesgo cuando atraviesa el deterioro en alguna de sus etapas. La buena noticia es que contamos con recursos para afrontarlo y salir adelante.

Estas últimas semanas el tema que decidí llamar “interferencias” se me hizo presente en variadas facetas. Y de la mano de historias. Y me tocó ayudar a reflexionar a las parejas sobre esto. Por un lado, la presencia de terceros que nos muevan el piso en una crisis.

Y, por el otro, cuando el nosotros está atravesando alguna etapa del deterioro, podemos vernos en la tentación, quizás en la necesidad de correr a desahogarnos en quienes nos quieren. En quienes nos quieren y además, sabemos que tomarán partido por uno (por mí). Escuchar que tengo razón, que el otro o la otra está equivocado, que siga en este camino, que cómo soporto tal o cual locura, es momentáneamente reconfortante.

Pero, cuando me enfrento con la realidad del ser amado, cuando quiero recomponer las cosas desde la miseria o la simpleza de lo que es, las palabras que antes confortaban, ahora confrontan…

Un solo recurso, un solo consejo: cuiden al otro, cuiden la intimidad, tengan pudor, cuiden lo que queda (aunque sean pedazos) para poder reconstruir.

Les comparto unas páginas de Ser Nosotros en las que abordé este tema. Y estos días se me hizo muy presente.

Cada uno es el tesoro más sagrado en manos del otro…

 

View this post on Instagram

SER NOSOTROS. pags 91 a 95 LAS ETAPAS DEL DETERIORO EN LA PAREJA… EL RIESGO DE LAS INTERFERENCIAS. (OTRAS). MÁS RECURSOS. El Ser Nosotros se ve en riesgo cuando atraviesa el deterioro en alguna de sus etapas. La buena noticia es que contamos con recursos para afrontarlo y salir adelante. Estas últimas semanas el tema que decidí llamar “interferencias” se me hizo presente en variadas facetas. Y de la mano de historias. Y me tocó ayudar a reflexionar a las parejas sobre esto. Por un lado, la presencia de terceros que nos muevan el piso en una crisis. Y, por el otro, cuando el nosotros está atravesando alguna etapa del deterioro, podemos vernos en la tentación, quizás en la necesidad de correr a desahogarnos en quienes nos quieren. En quienes nos quieren y además, sabemos que tomarán partido por uno (por mí). Escuchar que tengo razón, que el otro o la otra está equivocado, que siga en este camino, que cómo soporto tal o cual locura, es momentáneamente reconfortante. Pero, cuando me enfrento con la realidad del ser amado, cuando quiero recomponer las cosas desde la miseria o la simpleza de lo que es, las palabras que antes confortaban, ahora confrontan… Un solo recurso, un solo consejo: cuiden al otro, cuiden la intimidad, tengan pudor, cuiden lo que queda (aunque sean pedazos) para poder reconstruir. Les comparto unas páginas de Ser Nosotros en las que abordé este tema. Y estos días se me hizo muy presente. Cada uno es el tesoro más sagrado en manos del otro… María Cornu Labat. Coach de familia y parejas. Autora de Ser Nosotros #sernosotros #interferencias #aquienescucho #consejos

A post shared by Ser Nosotros (@sernosotros) on

Etapas del deterioro en la pareja. El riesgo de las interferencias. Recursos

El Ser Nosotros se ve en riesgo cuando atraviesa el deterioro en alguna de sus etapas. La buena noticia es que contamos con recursos para afrontarlo y salir adelante.

Ya reflexionamos sobre el primero. HACERME CARGO.

Y el segundo, registrar y reconocer.

Propongo un paréntesis para asomar a un tema difícil, diría tabú, y en algunas circunstancias poco abordado. Ahora lo haremos muy brevemente, con la sola intención de quedarnos pensando.

En cualquiera de las etapas del deterioro que el matrimonio pueda estar atravesando, el riesgo de las interferencias que surgen de “afuera” está presente. Estas pueden ser desde salidas con amigos, compañeros de trabajo o eventos en los que no esté incluido el cónyuge, en fin, programas atractivos lejos de la rutina de la convivencia, excluyendo a quien en este momento siento más paz teniendo lejos, hasta (a veces de la mano de estas circunstancias), terceras personas.

Esas terceras personas que aparecen, o, tal vez ya estaban, pero hasta ahora no se notaban. Al menos no de la manera en que se dejan notar cuando el ser nosotros está en riesgo.

Ahora que uno se siente solo, incomprendido, no mirado, descuidado, en momentos de especial vulnerabilidad, se destacan rasgos que no había visto, o que no había necesitado. Esa tercera persona no contaminada por las propias sombras, a quien no le molestan los defectos de uno y que no evidencia los suyos. De repente aparece alguien que escucha con la comprensión que el cónyuge no tiene. Mira con la ternura que en casa se perdió. Hablará seguro con la tranquilidad que el cónyuge involucrado con uno en el mismo mar de deterioro, no puede lograr. Lo toma la mano en el momento oportuno, transmitiendo ese escalofrío que hace tanto no siente, logrando que una orquesta de sentimientos suene al unísono y de manera armónica. En fin, viene a cubrir necesidades que aparecen no cubiertas, porque el ser nosotros se lesionó, está en jaque. Y la exposición en que nos deja esta circunstancia hace que sea especialmente riesgoso dar lugar a estas ocasiones.

¿Qué se hace frente a estas interferencias? ¿Cómo evitarlas? O, ¿por qué evitarlas?

Evitarlas. Ese es mi primer consejo. Si se tiene la lucidez de registrar el deterioro, usemos esa misma lucidez para evitar las interferencias.

Ya escucho el cuestionamiento. Pero, ¿cómo? ¿porqué? ¿No tengo derecho a hacer programas con mis amigos?, ¿no tengo que cultivar mi vida personal? Personas del otro sexo hay en todos los ámbitos de la vida, la tentación está siempre, uno tiene que tener fortaleza, voluntad.

Precisamente por eso. Porque en momentos de intensa vulnerabilidad, la fortaleza y la voluntad no escapan a esa misma vulnerabilidad. Entonces, desde esa voluntad, gobernada por la inteligencia es que uno decide, con total racionalidad, preservarse, resguardarse, protegerse, para poder, sin interferencias, luchar por recuperar el ser nosotros.

#sernosotros

#interferencias

#infidelidad

#terceros

#vulnerabilidad

#recursos

 

LAS ETAPAS DEL DETERIORO EN LA PAREJA. RECURSOS II

El Ser Nosotros se ve en riesgo cuando atraviesa el deterioro en alguna de sus etapas. La buena noticia es que contamos con recursos para afrontarlo y salir adelante.

Ya reflexionamos sobre el primero. HACERME CARGO.

Ahora bien, el segundo recurso sobre el que quiero que reflexionemos viene de la mano de este primer paso.

Ya que, continuando con la primera persona, lo llevaré adelante una vez que me haya hecho cargo de mi responsabilidad, de lo que está en mis manos modificar.

La propuesta es cambiar la mirada.

Cuando el deterioro empieza a avanzar en su primera etapa, cuando cada uno está muy enfrascado en su rutina, concentrado en lo que hace, en cómo crece en lo profesional, en sus empeños, sin mirar todo esto en clave nosotros, el otro empieza de a poco a ser un desconocido, a molestar.

El recurso que tenemos a mano una vez que nos hicimos cargo es el Reconocimiento. Requiere un cambio de mirada. Empezar a mirar a la pareja, antes que nada, y, un paso más, desde lo positivo.

Y al volver a mirarlo, proponerse dejar de registrar lo que no me gusta, lo que me molesta, lo que me fastidia. No por resignación, ni por sumisión. No porque no vaya a querer que eso cambie. Sino, sobre todo, por amor.

Y, además, como el segundo paso de un plan de acción que YA puedo empezar a poner en práctica sin esperar que nada suceda, que nada cambie. El cambio lo empiezo a activar YO.

¿Cómo?

1.- REGISTRO.

 Empiezo proactivamente por buscar y encontrar qué es lo bueno (no extraordinario) sólo lo que normalmente hace bien mi pareja.

2.- ME PONGO EN ACCIÓN.

  • Reconozco
  • Lo manifiesto como un regalo al otro

¿De qué manera lo manifiesto?

Puede ser: Diciéndolo:

¡Qué bueno que siempre tengo ropa limpia para ponerme… !

¡Qué lindo es estar en casa!

¡Qué paz siento gracias al esfuerzo y sacrificio que hacés cada día en tu trabajo!

¡Qué bueno que te encargues de llevar a los chicos al colegio! Me alivia tanto…

Y tantos, tantos detalles más que están presentes en nuestra diaria y no reparamos.

o… con un pequeño presente:

un chocolatito, una flor, un beso.

O, si no, con un gesto:

Un abrazo, un beso, un gracias sentido.

3.-  Y EL CAMINO hacia el SER NOSOTROS se empieza a emprender.

Las etapas del deterioro. Recursos.

El Ser Nosotros se ve en riesgo cuando atraviesa el deterioro en alguna de sus etapas. La buena noticia es que contamos con recursos para afrontarlo y salir adelante.
El primero, el que YO tengo a mano YA:

HACERME CARGO.

Está en primera persona. No depende del otro, ni del afuera, ni de la coyuntura.
Yo ya puedo empezar, asumiendo tres aspectos:

1- MI RESPONSABILIDAD en lo que nos está pasando.
No sirve esperar que las cosas ocurran, o dejen de ocurrir. No sirve juzgar, echar culpas.
No sirve esperar a que la otra persona “se dé cuenta”. Si YO me di cuenta, entonces ya di el paso, ya puedo actuar. Y lo primero es una introspección, un darme cuenta qué estoy haciendo, qué no estoy haciendo, qué estoy dejando hacer, qué estoy dejando que ocurra, o que no ocurra…

2.- Lo que YO SIENTO.
Los sentimientos son míos. Reconocer lo que siento y me pasa, me hace protagonista de mi vida y de lo que quiero hacer. Me da la libertad para actuar porque depende de mí. Me examino, reflexiono, y no culpo a nadie por lo que siento. Lo que siento me pertenece, así como me pertenece la capacidad de actuar a partir de eso.

3.- El COMPROMISO que un día asumí para toda la vida.
Vale mencionarlo, hoy está tan devaluado. Nos cuesta hablar de compromiso asumido, de responsabilidad. Y es tan profundo, a la vez que simple.
Un día YO tomé un compromiso con el otro para siempre. El compromiso implica mucho más que pronunciar un SÍ para toda la vida. Implica la constancia de revisar ese sí y cuidar ese amor cada día. Y está en mis manos. Siempre.
Es una buena noticia. Se puede hacer algo. La suerte de la pareja no está librada a lo que ocurra, a las circunstancias, a la coyuntura. Al saberme implicado, al entender que depende de mí, ya me puedo hacer cargo y actuar…

SER NOSOTROS frente al conflicto

“Se puede construir un nosotros desde la certeza de que, si alguna vez dos personas se aventuraron a decir que sí para toda la vida, a entregarse por entero a la otra persona y a recibirla a su vez, eso implicó el compromiso de cuidarse todos los días”

María A. Cornu Labat. Ser Nosotros, pág. 25

Entrar en conflicto con la otra persona es muchas veces una decisión.

Presentarle al otro una lista de reclamos para plantear que cambie es una moción que implica estar preparado para que el otro te presente su propia lista de quejas. Esperando el cambio por parte tuya. Es así. Si ataco, el otro se defiende. Se entra en conflicto. Siempre puedo encontrar qué puedo reclamar. Sabiendo que el otro siempre va a encontrar qué tiene para reclamarme a mí.

Entrar en conflicto con el otro es una decisión. Pararme desde otro lado es otra decisión. ¿Desde dónde?

Desde la comprensión.

Desde la aceptación.

Desde la escucha.

Desde el autoconocimiento.

Desde la reflexión.

Desde la conciencia de los propios errores.

Desde la actitud de ayuda, de servicio.

Desde la decisión de dar, de darme, de mejorar.

Desde el cambio.

Desde el perdón.

Desde el amor.

Desde el compromiso de Ser Nosotros.

 

 

Ser Nosotros. Chispazos.

La tercera etapa del deterioro. ¿La separación como solución?

«… Y frente a una situación inesperada de gritos, insultos, de «violencia», en el contexto de una separación, recurrir a un abogado tiñe todo de conflicto. Un conflicto en el que dos partes que están enfrentadas se paran una frente a la otra. Cada una necesita que alguien la represente para defender sus derechos, que se supone fueron de alguna manera avasallados por el otro. Pero cuando se llega a esa instancia, se juega inevitablemente un rol. Se juega desde un lugar en el que queda poca flexibilidad para moverse, para actuar. Cada personaje está agazapado en su refugio, con su defensa lista. Porque se para a la defensiva. Difícilmente queda otra. ¿Negociar? Sí, seguramente se va a negociar desde ese mismo lugar. Donde se defiende uno del otro, donde se delega en el profesional que aparece la calidad de representante o de patrocinante. Ya no se puede dialogar con el otro.
La irrupción de los abogados plasma la ruptura misma de la intimidad. De esos códigos únicos que son solo de una pareja. De ese idioma que solo entiende un par. Tristemente, en medio de una situación de desconcierto, en el contexto de una separación, es lo normal apelar a ese recurso, sin medir exactamente qué consecuencias traerá aparejadas. Cuando dos que están pasando por un momento de desconcierto y de desencuentro no han enfrentado las causas de tales realidades, ni han intentado trazar un plan de acción, sino que simplemente se han distanciado como esperando que el aire fresco de la lejanía arrastre las diferencias, los desencuentros, y traiga consigo las soluciones, la intervención de un tercero es, al menos, peligrosa.

¿Habrá alguna solución llegada esta instancia? Y, sí. Siempre hay soluciones. Siempre que haya ganas, hay soluciones. La sola idea de tener la intención de dar un paso, de buscar una salida, es una solución.

En medio de esas crisis, solemos hablar de «defensa», de defenderse uno de otro. El primer paso para caminar en busca de una solución es bajar esas defensas. Corrernos de ese lugar, de esa necesidad de estar a la defensiva.

Bajar las defensas es estar al desnudo frente al otro. Este soy yo. Esta soy yo. Quiero saber qué nos pasó. Quiero escuchar qué sentís. Quiero entender qué esperás de mí. Quiero poder darte lo que me comprometí a darte. No es tarde. Empecemos de nuevo si es necesario.
No te quise ofender. Perdón si lo hice. No te quise asustar, pero estoy enojado. No quiero salir con otro, pero tengo miedo de que ya no me registres como mujer, que no te guste, que no me veas atractiva.
Grité mucho, estaba indignado. No pude contener mi llanto, me pasan cosas con vos. Me siento defraudado, no te puedo imaginar saliendo con otro.

Entonces, a ninguno de los dos le sorprende la reacción del otro. No es una amenaza ya, no es una excusa para responsabilizar a la otra persona, no se trata de echar culpas. Se trata de dar este primer paso de bajar la guardia y comprender, comunicar, escuchar… »

María A. Cornu Labat. Ser Nosotros, p. 37-39.